sábado, 28 de julio de 2012

Del Maipú de hace treinta años

De la serie, Reportajes olvidados
Hoy publicamos


Del Maipú de hace treinta años




Breve reseña del caracterizado vecino Sr. Andrés M. Curuchet.

Plaza San Martín en 1929. Foto tomada desde el techo de la Municipalidad se puede
observar la calle abierta al centro que la comunicaba con la Iglesia católica.
Foto de Revista Agraria de 1930.
                Con el fin de que nuestros lectores puedan darse una idea de lo que era Maipú hace 30 años, pediremos a caracterizados vecinos de este pueblo, una breve reseña, que iremos publicando periódicamente.  

Convencidos que estos recuerdos vertidos por boca de personas que lo conocieron entonces en sus diversas fases, ha de agradar a todos los habitantes de este pueblo, por eso es que, para dar curso a nuestros propósitos nos atrevimos a entrevistarnos con el Sr. Andrés Curuchet, honorable vecino, que con su gentileza característica accedió gustoso a contestar nuestras preguntas.
El desarrollo comercial de Maipú, y uno de sus comercios que marcaron una
 época en ese desarrollo.

-¿Me pregunta Ud qué era Maipú hace 30 años?
Le diré: un pueblo ya culto, simpático, con sociabilidad propia, con fisonomía de pequeña ciudad, muy visitado por personas que aprovechaban el empalme de trenes  y por gente que en las “galeras” o en sus propios carruajes, viajaban a sus estancias en este partido y los de Tuyú y General Lavalle.

                Las mañanas del Maipú de hace 30 años estaban embalsamadas por la esencia de los numerosos eucaliptus de la plaza “San Martín”, que años después fueron derribados para modernizar esa plaza, siguiendo esa ley constante y de carácter ineludible, que impone la evolución.

                Sociedad atrayente, damas y niñas con caracteres propios de amena cultura y de temperamento amable, fino y cordial, que dejaba en el ánimo del observador, grata impresión.

                Los hombres también pugnaban por el progreso y se preocupaban por el bienestar de la población.   Era, pues, una sociedad de arraigo, con amor al pueblo donde se nace o se vive en sociedad; con los elementos materiales y morales que la vida en común requiere, sin pasar por esa larga cadena de niño, que para su selección y cultura propia, eligen otros pueblos de campaña.
Otro de los comercios que marcaron la vida comercial de Maipú, en esta foto del año 1900, ubicado en la esquina de Madero y Alsina, propiedad de Arnozzi y Corti (hoy inmueble desocupado)
                Belisario Roldán, que en esa época recorría la provincia, dando sus célebres conferencias y que aquí nos obsequió con tres, me decía: en mi larga travesía por tierras de esta provincia, no he encontrado un pueblo pequeño tan culto, tan abierto a las expansiones del sentimiento y de la inteligencia.   Y tenía razón; dio aquí sus conferencias en medio de una atención que fue un reconocimiento respetuoso para el gran orador y exquisito poeta.

                -¿Cuál era el aspecto comercial de Maipú hace 30 años, Sr. Curuchet?

                El aspecto comercial de Maipú era en esa época el de un pueblo que trabaja con constancia y con afán, pero sin esas nerviosidades y deseos de hacer rápida fortuna que caracterizaron  a algunos pobladores de otras localidades.    

                  Maipú se conformó con la lógica recompensa que se obtiene entre la oferta y la demanda, sin variar de especulación y es por ese fenómeno, que parecería retardatario, que su comercio se ha mantenido en pie, salvo casos aislados a través de las grandes crisis que en otros pueblos han producido la quiebra y la bancarrota.  Y esa característica laboriosa y prudente se ha mantenido en nuestro pueblo hasta la fecha, pues hoy como ayer, permanece en pie y ha hecho frente a la terrible crisis que vamos, felizmente, pasando.
                Teníamos y tenemos, pues, un comercio sano.
                ¿Las fiestas de entonces?   Las tradicionales romerías; bailes temporarios en el salón de la Sociedad Italiana, para los cuales formábamos comisiones de caballeros que corrían con la organización y en algunos casos de familias.

                No teníamos entonces, ni luz eléctrica, ni radio, ni foot ball, ni autos.  Y sin embargo, estábamos contentos.

                En los días de elecciones, contemplábamos un aspecto pintoresco: las mesas se instalaban en la plaza “San Martín”, a la sombra protectora y fresca de sus grandes y hermosos eucaliptus; allí instaladas, funcionaban de 8 de la mañana a 4 de la tarde, todo tranquilo y en paz.

                No había entonces, tampoco, ni voto secreto ni cuarto oscuro.
                -¿Está Ud satisfecho del ejercicio de su profesión de Escribano Público durante tantos años en Maipú?

                Muy satisfecho.  Y conste que no me refiero sólo a los resultados pecuniarios, sino a las vinculaciones sociales y morales que me han ide3ntificado con la vida de Maipú.   Aquí constituí mi hogar; aquí nacieron mis hijos, aquí sigo ejerciendo mi profesión desde hace un tercio de siglo, y aquí está lo mejor de mi vida: el calor del nido y el recuerdo de los esfuerzos y de la labor realizada, que lo bañan con su propia luz.

Reacción.  
Periódico independiente. Maipú. Setiembre 6 de 1934.



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2 comentarios:

  1. Hermoso retrato de Maipú, megnífica iniciativa rescatar estos reportajes, ¡gracias, una vez más, querido Tito! Un abrazo cordial desde Múnich.
    DS

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  2. Hermoso retrato de Maipú, megnífica iniciativa rescatar estos reportajes, ¡gracias, una vez más, querido Tito! Un abrazo cordial desde Múnich. DS

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